viernes, 22 de noviembre de 2013

"CORONA DE FUEGO"


George Lukács advierte un desarrollo más acentuado en la narrativa histórica que en el drama; sin embargo menciona la hibridación entre ambos géneros, que ya había estipulada, dice Lukács, por Aristóteles, entre la épica y la tragedia. Empero, el crítico no solamente intenta evidenciar sus disparidades, sino también las características en las que se corresponden. Una de ellas es su rasgo cualitativo, es decir la concentración formal, que explica a través de una de las categorías de la estética hegeliana la “totalidad de los objetos”. Citando a Hegel, Lukács evidencia que el drama no representa un mundo objetivo, es decir distanciado de la realidad humana, sino que intenta contener “la impresión de la totalidad”. El drama ficcionaliza los temas esenciales de la existencia y los convierte en paradigmas. Tal es el caso de la obra Corona de fuego de Rodolfo Usigli, pieza perteneciente a la trilogía que, por lo que se ha comentado, recupera tres momentos paradigmáticos del devenir nacional: la aparición del mito guadalupano, los acontecimientos posteriores a la conquista (muerte de Cuauhtémoc) y la decadencia, en voz de Carlota, del segundo imperio. Es decir que la trilogía de Usigli, como lo evidencia la estética hegeliana que retoma Lukács, intenta ofrecer un panorama absoluto de la conformación identitaria de “lo mexicano”. Y Corona de fuego, como si se tratara de una abismación, presenta otros momentos importantes de la historiografía, que filtra a través de dos coros (el español e indígena); recurso que evidentemente retoma de la tradición clásica y que evidencia esta totalidad estética y formal. La intromisión de los coreutas, también nos habla de la categoría que propone Lukács para los personajes: “los hombres de confianza”, que el teórico define como aquellas figuras que, lejos de ser sólo personajes secundarios, detonan la fuerza motriz de la acción global. Así, observamos que la pesadumbre de la malinche, en el primer acto, por las manos que Cortés ha mandado cercenar, se intensifica con la participación de los coreutas. Otro ejemplo es la demanda que hace el coro indígena cuando Cortés manda destruir las efigies prehispánicas; los coreutas le cuestionan su caridad católica. Otros momentos importantes que observamos es la traición de Pax Bolón a Cuauhtémoc y el castigo a este y a Tetlepanquetzin el 28 de febrero de 1525.

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